Las formas y
las condiciones en las que evaluamos a los estudiantes, las cuestiones que
destacamos, las actividades que proponemos, los 19 saberes que
privilegiamos, son una ventana abierta a nuestros pensamientos y creencias
tácitas y, por lo tanto, una oportunidad para confrontarlas, como nos recuerdan
Jorba y Sanmartí (1993), creemos que “pensar en la evaluación como eje
vertebrador del dispositivo pedagógico de un currículum es un punto de vista
nada habitual, pero en cambio, es poner el acento en uno de los elementos
curriculares que mas puede favorecer un cambio en la práctica educativa del
profesorado y en el éxito de los aprendizaje”
La palabra auténtica en la evaluación Va un paso más allá en el sentido que enfatiza la
importancia de la aplicación de la habilidad en el contexto de una situación,
demanda a los estudiantes demostrar que poseen ciertas conductas o habilidades
en situaciones de prueba, A partir de lo analizado en los materiales propuestos.
La metacognición es la capacidad
de los seres humanos de imputar ciertas ideas u objetivos a otros sujetos o
incluso a entidades. Está capacitada para entender y cavilar sobre el estado de
la mente propia y de terceros. La metacognición también supone la capacidad de
anticipar la conducta (propia y ajena) a partir de percibir emociones y
sentimientos.
Las competencias de los alumnos y su evaluación, Monereo (2009)
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